Francia es el país del vino y de la gastronomía. Pocas veces va el uno sin el otro. Cada región posee sus especialidades culinarias y una única estadía no será suficiente para descubrirlas todas. ¡A comer!
UNA RICA TRADICIÓN GASTRONÓMICA
Francia es conocida en todo el mundo por su gastronomía y su arte de vivir. Desde 2010, la gastronomía francesa y sus rituales forman parte del patrimonio cultural inmaterial de la Unesco. Esta atención especial a los placeres de la mesa puede apreciarse en la vida diaria. Los franceses están muy apegados a las tres comidas de la jornada. Tradicionalmente, el desayuno se toma al levantarse, el almuerzo hacia la 1 del mediodía y la cena alrededor de las 8 de la tarde.
PASTELES Y PLACERES DULCES
Si te encanta el dulce, seguro que hay una buena pastelería cerca de tu casa donde podrás rendirte ante un “éclair au chocolat” o una tarta de limón merengada. Los restaurantes cuidan también su carta de postres. No es raro que ofrezcan un café gourmand al terminar la comida, es decir, un café acompañado de varios pastelitos.
GRANDES PLATOS, GRANDES VINOS
En Francia, el vino es el mejor amigo de la gastronomía. Realza los platos y despierta las papilas gustativas. Hay viñedos por todas partes: en Burdeos, en Borgoña, en Alsacia, a lo largo del Ródano, del Loira y de las costas del Mediterráneo. Se encuentran incluso en París, en lo alto de la colina de Montmartre. Visita el país y degusta tanto sus vinos como su cocina. Pero siempre con moderación naturalmente.
UNA OFERTA CULINARIA MUY VARIADA
Aunque los franceses están orgullosos de su gastronomía y de sus especialidades culinarias, también han sabido dejar un espacio a las cocinas llegadas de otros lugares del mundo. Francia, país multicultural y abierto al mundo, ofrece una gastronomía variada y mixta. La mayor parte de las grandes ciudades cuentan con numerosos restaurantes chinos, indios, italianos, magrebíes, africanos, etc. Si echas de menos tu país, no deberías tener muchas dificultades para encontrar sus especialidades.
Vegetariano, enamorado de la pasta italiana, aficionado a las carnes o a los kebabs y las pizzas, seguro que encontrarás con qué satisfacer tu apetito y tu gula. Empanadas y pastel de choclo, puede ser más difícil encontrar!
TOUR DE FRANCIA DE LAS ESPECIALIDADES CULINARIAS REGIONALES
Comienza por el norte. Disfruta del queso Maroilles o de unas endibias con jamón. Continúa hacia el este y la región de Reims para degustar una copa de champán. Sigue hacia Alsacia para comer un buen chucrut o unas tartas flameadas. Dirígete a Borgoña pasando por el Franco-Condado para probar el pan de jengibre, el queso Cancoillotte y los famosos caracoles.
En Auvernia-Ródano-Alpes son el aligot o el turrón de Montélimar los que te harán la boca agua. Haz una parada en un bouchon de Lyon, pequeño restaurante típico de la antigua capital de las Galias, para probar las quenelles y una tarta de praliné. Continúa tu aventura culinaria por el sur. En Marsella y sus alrededores, prueba la bouillabaisse o la ratatouille y termina con una nota dulce con un trozo de tarta tropézienne.
Rumbo al oeste, en dirección a Toulouse. El sudoeste es el país del foie gras, del cassoulet y del roquefort.Vuelve hacia el norte a lo largo de la costa atlántica. Al pasar, prueba los cannelés de Burdeos o las galletas de Nantes. Una vez en Bretaña, un plato de marisco, seguido de una galette de trigo sarraceno acompañada de una taza de sidra.
Termina tu viaje en la región de París, que cuenta con numerosas especialidades como el Brie. Pero Île-de-France es, ante todo, la patria de la pastelería: déjate tentar por la tarta Saint-Honoré, la Paris-Brest o los famosos macarons.
Para terminar, con el fin de que este tour de Francia gastronómico esté completo, no olvides probar los platos y productos llegados de ultramar, como las acras de bacalao o el pescado crudo a la tahitiana.